lunes, 9 de diciembre de 2013



Todos en algún momento de nuestras vidas hemos sentido la necesidad de transmitirle este mensaje que pone en canción Birdy a alguien a quien hemos querido con locura....

Yo no!


“Generalmente, con el tiempo uno se va acostumbrando a las partidas, a las despedidas y a los “adiós”; yo no.
No puedo hacerme a la idea de darte el último beso, cuando el día apenas inicia. Deseo más del sabor dulce de tus labios, del tacto de tus manos suaves y fuertes acariciando mi espalda, de tu esencia cafeinómana y tus ojos color miel, que miran lo que yo no. Deseo más de tu voz cálida hablándome al oído y haciéndome viajar lejos. Lejos, contigo.”

— Malaci (Cafeína para dos)

Te dejo esta nota...


Capítulo IX: Nota junto a su café.-

MAR, Océano:

Quizá no sea el momento, ni el lugar, pero quiero decirte que te amo, que desde hace mucho he dejado de analizarlo y he comenzado a vivirlo y disfrutarlo, con todo lo que ello conlleva.
Tal vez hemos discutidos mucho, tal vez poco - no sé -. Pero te aseguro que cada una de esas discusiones me ha guiado a quererte más y más; me han mostrado lo que no sabía que sabía:
Amarte es un gran placer. Quiero vivir en tu compañía - física y espiritual -.
Quiero que cuando las arrugas surquen nuestros rostros, caminemos de la mano por la playa, sintiendo la brisa en el rostro, arena en los pies y plenitud en el alma. Y que cuando sea el momento de trascender, soltemos fácilmente el cuerpo en el que habitamos y nos reencontremos allá, en nuestro hogar, para amarnos más y más.

- Malaci (Cafeína para dos)

La poesía...


La poesía tiene una puerta herméticamente cerrada para los imbéciles, abierta de par en par para los inocentes. No es una puerta cerrada con llave o con cerrojo, pero su estructura es tal que, por más esfuerzos que hagan los imbéciles, no pueden abrirla, mientras cede a la sola presencia de los inocentes. Nada hay más opuesto a la imbecilidad que la inocencia. La característica del imbécil es su aspiración sistemática de cierto orden de poder. El inocente, en cambio, se niega a ejercer el poder porque los tiene todos. 

Aldo Pellegrini